PESCADORES ANDALUCES (Acordaándome)
Una luz delgada se asoma tímida en el horizonte. El mar la recibe entre sueños que se
saben desahuciados. El cielo se pinta los labios para besar a la vida. Las nubes se
sonrojan ante la mirada firme de la tierra andaluza. Los pescadores, rezando entre nudos
de cáñamo, maldicen al Levante que parece que empieza a desperezarse. El hijo mira al
padre y refunfuña enojado. Sonríe el padre entre dientes, y no quiere ni mirarlo.
La vela preñada de viento, con la frente alta y arrogante,
embiste al futuro sin miedo. Las olas acarician los costados de
caoba africana, con suaves manos de espuma. Los barcos se
alejan al sur, haciéndose diminutos. El gris devora los colores
de sus cuerpos marinos. Se acaba por unas horas la vida de todo
un pueblo. Navegan en contra del tiempo. San Pedro los
acompaña.