Llámalo como quieras
A pesar de las distancias
y evidentes diferencias
de tus cálculos dorados
y mis locuras morenas,
yo también guardo un grito,
una duda, una quimera,
un mito que me persigue…
llámalo como quieras.
En mis cenizas se esconde
el aliento de una guerra
y una historia que por grande
envanece y avergüenza.
A pesar de los trechos
y diferentes maneras
yo pienso tu pensamiento…
y llámalo como quieras.
En el fragor de la noche,
cuando nada se oye fuera,
yo también tengo miedo
por el sino de mi tierra,
por la misión de mis hijos,
por el sentido de espera,
por un sueño inalcanzable
que se toca y que se aleja.
No siempre pinta el cielo
el mismo color de acuarela
ni siempre sentimos lo mismo
ni es la misma vida perra.
A pesar del frío invierno
y el calor de primavera
cuando lloro, cuando sangras
cuando reímos la fiesta,
a pesar de estar tan lejos
estamos siempre tan cerca.
Aire, agua, fuego y tierra,
y llámalo como quieras.
Llámalo como quieras. A veces, la imagen que se trasmite del andaluz, es de alguien despreocupado, alguien que no se toma en serio nada de lo que amenaza su propio modo de vida. Se confunde vivir con sentido del humor con la indolencia. El poema expresa esa visión equívoca, defendiendo la absoluta complicidad entre dos mundos que se nos presentan diferentes pero que, realmente, convergen en la propia naturaleza del ser humano, en sus miedos, en sus preocupaciones. Todas las inquietudes son comunes: los hijos, tu pueblo, tu tierra, el futuro. El dolor es el mismo seas de donde seas, por las venas corre la misma sangre… llámalo como quieras.
Glosario de términos:
Dorados: Color de oro, se refiere al color del cabello del germano en contraste con el moreno típico del andaluz.
Fragor: Ruido estruendoso. El ruido interno de los temores del ser humano aparecen en la noche cuando el mundo externo permanece en silencio.