Bailar Contigo
¿Cuántas veces he de perderme
por tus noches, por tus vías?
¿Cuánto más he de aprender
de tu música y tu vida?
¿Cuánto habré de creerme
de tus palmas y quejidos?
¡Cuánto me inquietas!
¡ay! ¡Cuánto acertijo!
Dame la mano y ven,
que quiero bailar contigo,
que se me escapan los pies
cuando te miro.
Cómo habré yo de explicar
lo que te guardas a oscuras.
Como entenderlo y tocar
los compases que te alumbran.
¿Cómo soltarte la mano?
¿cómo abrazar tu cultura?
¿cómo dejar que te invadas?
¿cómo curar esta incuria?
Dame la mano y ven,
que quiero bailar contigo,
que se te escapan los pies
y yo te sigo.
Bailar contigo es un canto de defensa y alabanza del flamenco en su estilo festero. El poeta se dirige al flamenco como algo vivo, algo tangible. Lo personifica, le da un cuerpo, unas manos, unos pies, una mirada. Lo localiza en la noche, lo califica de sabio y culto, misterioso. El flamenco como una fuente infinita del que nunca puedes conocerlo todo. Ese flamenco festero que te levanta del asiento, pone a hervir tu sangre y mueve tus pies a su compás como un martillo que provoca el movimiento reflejo.
Glosario de términos:
Quejidos: Voz lastimosa, motivada por un dolor o pena que aflige o atormenta.
Acertijo: Misterio, adivinanza.